sábado, 8 de octubre de 2016

Fake empire

La mente es capaz de desechar información innecesaria con la única proposición de discernir entre lo importante, y lo accesorio. Así es como funciona la gran máquina antropológica. Pero lo verdaderamente increíble, es su capacidad para olvidarse de circunstancias que ocurrieron en un pasado, y que dejaron una sensación amarga.
Recuerdo que tuve una época en la que me levantaba con unas ganas exorbitantes de llorar. Sentía un dolor interno sin razón alguna, y solo podía estar confusa. Aturdida por no entender la situación, por no saber qué me estaba sucediendo. Las lágrimas eran el reflejo de una presión interna, de una conjunción de percepciones palpables, y a la vez abstractas. Así fue como la sensación de tristeza logró exteriorizarse. No me sentía segura, y quizá fue la primera toma de contacto con la soledad. De esto ya hace 10 años, pero hoy lo he vuelto a recordar, y aun así, percibo mi incapacidad de poder describir con todo detalle el acontecer de los hechos. No lo veo como algo dramático, a pesar de que nunca he llegado a entender por qué me sucedió aquello. Sucedió en esa época donde la ingenuidad solo deja cabida a la felicidad, donde los pensamientos negativos no existían, y donde lo malo y lo bueno se distinguían demasiado bien. Y yo me sentía hasta el momento feliz. De lo que si tengo noción es de que después de unos meses me dejó de suceder, pero la felicidad que me acompañaba antes, me había abandonado. El transcurrir del tiempo me impide poder conectar todo lo que recuerdo, y quizá en ello se base todo, en la conexión de las partes para reconstruir el todo, y llegar al detonante.
Hoy he vuelto a sentir esa tristeza, y sorprendentemente, sin fundamento. Por ello, hoy he vuelto a recordar aquel episodio. Ahora soy capaz de distinguir que la falta de motivo alguno para llegar a esta situación no significa que no exista nada, sino todo lo contrario. Son tantas razones las que influyen, que al unirlas no existe nada empírico a lo que poder atribuírselas.
Quizá hoy he vuelto a mi melancolía natural, ya era demasiado tiempo el que pasaba alejada de ella.